Diario de Estambul día 3: Palacio de Topkapi, la Cisterna y el Museo Arqueológico
19:00:00En este nuevo episodio del Diario de Estambul, nos adentramos en el corazón histórico de Estambul, donde cada piedra guarda un imperio y cada sombra susurra leyendas.
Desde la majestuosidad del Palacio de Topkapi, con sus patios y reliquias otomanas, hasta el misterio subterráneo de la Cisterna Basílica y la riqueza arqueológica del museo más fascinante de la ciudad, este recorrido es un viaje al pasado que sigue latiendo.
¿Te atreves a descubrir qué historias se esconden tras los muros y bajo las aguas de la antigua Constantinopla?
Iniciábamos un nuevo día en Estambul y se presentaba un día bastante completo con un planning aparentemente tranquilo, pero la verdad es que era muy intenso.
Después de desayunar en el hotel cogimos el tranvía hasta Sultanahmed donde nos bajamos y fuimos andando hasta la que sería nuestra primera visita del día: el Palacio de Topkapi, el que fue la Sede del Imperio Otomano entra el siglo XV y el siglo XIX.
La entrada del Palacio tenía un coste de 950 Liras Turcas (30,60 €) si querías realizar la visita completa, incluyendo el Harén. Tras haber leído en varios sitios que valía mucho la pena, y pensando que si no lo hacíamos nos íbamos a arrepentir, decidimos adquirir la entrada completa. Ésta se compra en unas máquinas que se encuentran en el primer patio o bien en unas taquillas que se encuentran justo al lado.
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| Máquinas para comprar la entrada |
Este primer patio se conoce como el Patio de los Jenízaros. Una vez entras en él, a la izquierda, encontramos la Iglesia Bizantina de Hagia Eirene. Esta iglesia fue construida por Justiniano en la década del 540 y fue la primera zona de culto construida en Constantinopla. Esta iglesia fue la sede del patriarcado hasta el fin de la construcción de Santa Sofía. Tras el terremoto del siglo VIII, Constantino V restauró el edificio, cubrió su interior de mosaicos y frescos. Cuando entres fíjate en el atrio, ya que es un ejemplo único en del periodo bizantino de Estambul: una cruz negra y dorada en el Synthroton (vestigio del arte iconoclasta) y 5 filas de asientos. Tras la caída del Imperio en 1453, la iglesia se incorporó al recinto del Palacio y los jenízaros la usaron como arsenal y durante el reinado de Ahmed III como museo de armas.
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| Exterior de Hagia Eirene |
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| Detalle interior de la zona del atrio |
Pegado al primer patio encontramos el segundo. En él encontramos los diferentes pabellones de audiencias y cuarteles junto con las grandes cocinas.
Uno de los pabellones que encontramos es la Cámara del Consejo. Aquí se dictaban las leyes, los ciudadanos hacían sus peticiones y se recibía a los dignatarios extranjeros. El Sultán lo escuchaba todo a través de una rejilla dorada en la parte superior de la sala.
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| Cámara del consejo |
También encontramos el Harén. Aquí se encuentran los aposentos privados de los sultanes y sus familiares. Alcobas, salas de recepción, Hamman y patios interiores. Entre todos ellos destacan: el dormitorio de la guardia, los aposentos de la madre del sultán, el salón imperial, las dependencias privadas de Murat III y Ahmed III y las habitaciones gemelas del príncipe heredero.
Si te debates en si pagar la parte de la entrada para ver el Harén o no, mi respuesta es un sí rotundo. Creo que si no se visita esta parte del Palacio la visita queda incompleta porque ver cómo vivían los sultanes me pareció muy curioso e interesante.
Te recomiendo si visitas el Harén que vayas a primerísima hora. Los espacios no son muy grandes y si se llenan de visitantes la experiencia puede llegar a ser agobiante y no podrás captar la belleza del espacio como se merece. Nosotros lo hicimos de esta manera y estuvimos toda la visita prácticamente solos y la experiencia fue incomparable.
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| Dormitorio de la guardia |
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| Una de las muchas zonas de paso decoradas con azulejos de Iznik |
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| Dormitorio de Ahmed III |
Acto seguido se accede al
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| Puerta de la Felicidad |
En el tercer patio se encuentra un gran número de pabellones, que puedes visitar su interior. A continuación te nombro los más destacados:
Salón de audiencias: Es el pabellón donde se recibían las autoridades y embajadores extranjeros para audiencias imperiales.
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| Sala de audiencias |
Biblioteca Ahmed III: Biblioteca construida por Ahmed III en el 1719 en la que se encuentran diferentes zonas destinadas a la lectura y se puede contemplar el mobiliario hecho con marquetería.
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| Biblioteca Ahmed III |
Sala de Reliquias Sagradas: En esta sala decorada con azulejos de Iznik se exponen muchas reliquias del Profeta. Durante la época de los sultanes se abría solo una vez al año, más precisamente el 15º día del Ramadán.
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| Exterior de la sala de Reliquias Sagradas |
Tesoro Imperial: exposición de la gran colección de objetos de oro y plata decorados con piedras preciosas. De todos los objetos expuestos, los más importantes son la Daga Topkapi y el Diamante Kasiskçi de 86 quilates.
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| Daga de Topkapi |
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| Diamante Kasiskçi |
Terraza de mármol: En este espacio se encuentran los pabellones de Ereván y Bagdad, dos ejemplos de arquitectura palaciega clásica construidos entre 1636 y 1639.
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| Pabellón Bagdad |
Pabellón de Iftar: este era el lugar donde los sultanes, durante el Ramadán, celebraban el fin del ayuno. Desde él se tienen unas vistas espectaculares del Bósforo y del Cuerno de Oro.
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| Pabellón Iftal desde el cual se tienen vistas al Bósforo |
Mi recomendación si vienes a visitar el Palacio de Topkapi es hacerlo con tiempo y con calma. Pasear tranquilamente por los jardines, observar los pabellones, imaginando la vida que se hacía en ellos y sobre todo disfrutar de la experiencia.
Es un recinto muy grande, no te voy a engañar, así que no vengas con el tiempo justo porque no te va a dar tiempo a verlo todo. Para que te hagas una idea nosotros estuvimos 3:15 h en su interior íbamos a un ritmo normal intentando visitar todos los pabellones.
Por cierto, si eres chica no olvides coger un pañuelo, ya que hay varios pabellones en los que te tendrás que cubrir la cabeza para visitarlos.
Cuando salimos del Palacio de Topkapi nos dirigimos a la Cisterna de la Basílica. Nuestra intención era visitarla el día anterior, pero había una cola bastante larga y decidimos aplazar la visita. Esta vez, imagino que coincidía que era el mediodía y la gente estaba comiendo, no había nadie esperando en la entrada.
El precio para acceder no es nada barato, son 450 Liras Turcas, al cambio unos 14 €, pero la verdad que vale la pena desembolsar esta cantidad para ver semejante maravilla. Es la mayor cisterna bizantina que se conserva en Estambul y fue construida por encargo de Justiniano en el año 532. Cuenta con 336 columnas de nueve metros distribuidas en 12 filas, recuperadas de antiguos templos. Cuando la visites verás como de fascinante es ver la simetría y su majestuosidad.
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| Interior de la Cisterna de la Basilica |
Al salir de la cisterna deberíamos haber ido a comer algo, pero el contundente desayuno aúno lo teníamos en la garganta. Así que lo que hicimos fue comprar un par de tentempiés en uno de los muchos carritos que venden comida callejera. Se trataba de unos dulces típicos turcos. Uno de ellos llevaba canela y el otro era como un pretzel/roca de pan relleno de chocolate. Este último recibe el nombre de Simit. Las dos cosas resultaron ser superbaratas y a nosotros no hizo el apaño.
Mientras nos comíamos los dulces, nos sentamos en un banco y planeamos que hacer durante la tarde. Finalmente, decidimos ir a visitar el Museo Arqueológico de Estambul. Era un museo que nos hacía gracia visitar, ya que cuenta con un importantísimo fondo, y, además, nos quedaba relativamente cerca.
El Museo Arqueológico de Estambul es el principal museo arqueológico de la ciudad. Cuenta con 3 edificios y está situado detrás de los muros protectores del Palacio de Topkapi. Si hay algo que no debes perderte de este museo son los sarcófagos de la Necrópolis Real de Sion, no había visto antes unos sarcófagos más impresionantes y bonitos que estos. Sus detalles y las partes en las que aún se conserva la pintura original harán que no puedas sacarle el ojo de encima.
El resto del museo está muy bien. Está totalmente reformado y actualizado. Las demás obras que se conservan en él son dignas de ser admiradas porque el nivel de conservación es muy bueno. La entrada al museo son 440 Liras turcas (10,50 €)
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| Fachada principal del Museo Arqueológico de Estambul |
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| Detalle de una de las salas |
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| Uno de los dos Sarcófagos de la Necrópolis de Sion |
Después de la visita, estuvimos 1 h, fuimos a descansar un rato al hotel y a media tarde a merendar unos baklava en la pastelería Güllüoğlu que teníamos al lado del hotel. Al visitar la ciudad en pleno diciembre a las 18:30 h fuimos a dar un paseo por Sultanahmed para ver las mezquitas iluminadas y hacer algunas fotos nocturnas.
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| La Mezquita Azul |
Sobre las 19 h vimos que la gente accedía a Santa Sofía sin hacer nada de cola. Sabíamos que era momento de la oración, pero al ver como turistas accedían sin problemas no nos lo pensamos dos veces y entramos, total si nos decían que no estaba permitido el acceso, nos daríamos media vuelta e iríamos en otro momento.
Sin ningún tipo de problema pudimos acceder al templo y nos quedamos con la boca abierta. Por mucho que te cuenten es imposible poder describir lo que se siente una vez cruzas el umbral de la puerta que te lleva a la nave central.
Nos faltaban ojos para captar todos los detalles y procesar lo que estábamos viendo. Además, esta visita la vamos a recordar, especialmente porque pudimos ver como es el ritual de culto.
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| Interior de Hagia Sofía |
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| Momento de la oración con las mujeres alejadas de la zona reservada para los hombres |
El último día del viaje pudimos volver a entrar y la visitamos con muchísima más calma, así que llegados ese momento te daré algunos datos clave para que entiendas esta colosal obra arquitectónica.
Para terminar el día cenamos en Meşhur Sultanahmet Köftecisi. Su especialidad son un tipo de hamburguesas turcas acompañadas de guindillas, patatas fritas, y se lo deseas, salsa picante. Es un sitio supertípico en el que gente local acude a comer. A nosotros nos encantó y repetimos en diferentes ocasiones. Como detalle importante a destacar: no aceptan tarjetas de crédito, así que asegúrate a llevar dinero en efectivo. La cena nos costó un total de 572 Liras Turcas, unos 17,85 €
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| Cena en Meşhur Sultanahmet Köftecisi |
Como que el hotel lo teníamos muy cerquita, volvimos dando un paseo. Llegaba la hora de descansar y reponernos para la siguiente jornada.
A continuación te dejo un mapa con las diferentes localizaciones que visitamos a lo largo del día.







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